La decisión de no entregar propina al mozo puede esconder actitudes sobre el dinero, las relaciones y la empatía que vale la pena analizar.
El simple hecho de no dejar propina tras una comida podría estar transmitiendo algo más allá del costo del servicio. Conocé los detalles. Según psicólogas como Judit Jurado, la propina cumple un rol simbólico: es un pequeño reconocimiento al otro. Cuando alguien evita darla, podría estar marcando una distancia emocional o desconexión social.
Estos son algunos de los significados que se han asignado a esta conducta:
- Ver el dinero como recurso propio que no se comparte sin motivo claro, lo que puede reflejar un apego fuerte a lo material.
- Mostrar menor empatía, dado que no considerar el esfuerzo del personal del servicio puede estar ligado a una dificultad para ponerse en el lugar del otro.
- Expresar una forma de crítica al sistema, especialmente cuando la persona considera que el salario del camarero debería estar garantizado por la empresa y no depender de propinas.
- En algunos casos, usar la falta de propina como un gesto de control o superioridad sobre el trabajador: “marcar una posición” en la interacción.
Es importante aclarar que no todos los que no dejan propina tienen el mismo perfil: factores culturales, de situación económica o de desconocimiento de la costumbre también influyen. Por ejemplo, en países donde no es habitual dejar propinas, esta conducta no carga con el mismo significado.
¿Y qué hacer ante esta situación?
- Si estás del otro lado —como mozo, cliente o administrador— conviene tener en cuenta:
- Para los clientes: reflexioná por qué decidís no dar propina. ¿Es por el servicio, por tus valores o por otra razón?
- Para los trabajadores: saber que esta conducta puede tener un trasfondo emocional puede ayudar a entender mejor la interacción con los comensales.
- Para responsables de locales: promover una cultura de servicio, transparencia en salarios y explicar la dinámica de propinas al personal puede reducir tensiones.
En resumen, la propina —aunque sea un monto pequeño— puede funcionar como un espejo de valores, actitudes y relaciones humanas. Entender su ausencia puede ser tan revelador como la presencia de la misma.