Un exceso de tensión diaria dispara los llamados sueños de ansiedad y adoptar rutinas relajantes puede marcar la diferencia.
Los «sueños de ansiedad» son episodios nocturnos de gran carga emocional que dejan al despertar una sensación de angustia o de alerta, aunque el descanso no se haya interrumpido. Conocé los detalles. Investigadores de la Cleveland Clinic señalan que estos sueños guardan una relación directa con los niveles de estrés acumulado durante el día.
Estos son los puntos clave:
- A diferencia de las pesadillas clásicas, los sueños de ansiedad suelen surgir tras escenarios de tensión cotidiana (llegar tarde, fallar, discusiones), y no siempre provocan despertares abruptos, pero sí generan malestar al despertar.
- Las etapas de la vida que implican cambios o presiones (mudanzas, exámenes, duelo, nuevos trabajos) favorecen su aparición. También personas con trastornos de ansiedad o consumo de sustancias están más predispuestas.
Para reducir su frecuencia, los expertos proponen:
- establecer una rutina relajante antes de dormir, con mínima exposición a pantallas.
- dedicar unos minutos a escribir preocupaciones del día o llevar un diario de sueños para identificar patrones.
- adoptar técnicas de relajación (respiración profunda, relajación muscular progresiva) priorizando que la mente “cierre” los temas pendientes.
¿Cuándo conviene buscar ayuda profesional?
Si los sueños de ansiedad comienzan a repetirse, provocan síntomas físicos como palpitaciones, sudor o temor, o interfieren con la calidad del día a día, los especialistas recomiendan consultar a un profesional de salud mental para evaluar si hay trastornos de ansiedad o del sueño subyacentes.