Por qué es recomendable congelar el pan antes de comerlo según los nutricionistas

Congelar el pan no solo prolonga su frescura, sino que también aporta ventajas significativas para la salud intestinal.

Almacenar el pan en el congelador es una costumbre común para mantener su frescura. Sin embargo, esta práctica también ofrece beneficios para la salud intestinal. Conocé los detalles.

Según la nutricionista española Beatriz González, congelar el pan provoca una transformación en el almidón que contiene. Este proceso, conocido como retrogradación, convierte el almidón en una forma de fibra que el intestino no puede absorber completamente. Como resultado, esta fibra llega al colon, donde las bacterias intestinales la fermentan, produciendo butirato, un ácido graso con propiedades antiinflamatorias esenciales para la salud digestiva.

Para potenciar estos beneficios, se recomienda optar por pan integral y acompañarlo con alimentos saludables como palta, aceite de oliva, tomate o hummus. Esta combinación no solo enriquece el sabor, sino que también mejora el aporte nutricional y favorece el bienestar intestinal. 

Es importante destacar que, aunque congelar el pan es una práctica beneficiosa, se debe evitar almacenarlo en la heladera. El frío del refrigerador puede acelerar el envejecimiento del almidón, haciendo que el pan se vuelva rancio más rápidamente. La mejor opción es conservarlo a temperatura ambiente o en el congelador, según el tiempo de almacenamiento deseado. 

Además de mejorar la salud intestinal, estudios han demostrado que congelar y luego tostar el pan puede reducir la respuesta glucémica en el organismo. Esto significa que hay una menor elevación de los niveles de azúcar en sangre después de su consumo, lo que es beneficioso para el control de la glucosa.