Un pequeño detalle de fábrica que cumple funciones claves de seguridad en las ventanillas de los colectivos.
Cuando viajás en un autobús de media o larga distancia es bastante común ver una línea de puntitos negros que rodea la ventanilla, pero no es un simple adorno. Esta banda cerámica —conocida técnicamente como “frit band” o “frits”— tiene un par de roles importantes: protege el adhesivo que fija el vidrio al marco del vehículo y distribuye de manera uniforme el calor que actúa sobre el vidrio y el marco metálico interno.
Para qué sirve la línea de puntos negros en las ventanas de los colectivos
Para entender mejor su utilidad, conviene verlo en detalle:
- Cubre el adhesivo de poliuretano que une el vidrio con el marco de goma y metal del colectivo, protegiéndolo de los rayos solares que lo podrían debilitar con el tiempo.
- Actúa como una transición visual y estructural entre el vidrio y el marco metálico, ayudando a que la temperatura se reparta de forma más homogénea y evitando que el vidrio se agriete o explote por expansión térmica.
- Tiene además una función estética, en el sentido de que “esconde” el adhesivo y la goma que suelen rodear la ventanilla, dando un acabado más limpio.
¿Dónde más se usa esta técnica?
No es algo exclusivo de los micros: automóviles, camionetas, trenes y otros medios de transporte también incorporan este diseño de puntitos o banda cerámica en los vidrios. La razón es la misma: unión, protección térmica y estética.