El narcisismo es más común de lo que se cree y puede afectar vínculos personales, laborales y familiares si no se reconoce a tiempo.
El término “narcisista” se usa mucho, pero pocas veces se entiende bien. Lejos de ser solo una persona vanidosa, el narcisismo implica un patrón profundo de autoexaltación, necesidad de admiración y falta de empatía hacia los demás. Conocé los detalles.
Según especialistas en salud mental, el trastorno narcisista de la personalidad se caracteriza por una visión distorsionada del yo: la persona se considera superior, busca validación constante y le cuesta aceptar críticas o errores.
Entre las señales más comunes se destacan:
- Exagerar los logros propios y minimizar los ajenos.
- Necesitar ser el centro de atención en todo momento.
- Manipular o culpar a otros para mantener una imagen de perfección.
- Tener poca tolerancia a la frustración y reacciones intensas ante la crítica.
- Mostrar empatía limitada o nula frente a los sentimientos de los demás.
Los psicólogos explican que detrás de esa fachada de seguridad suele haber una autoestima frágil y miedo al rechazo, lo que lleva a conductas controladoras o arrogantes. Identificar este patrón es clave para no quedar atrapado en relaciones desequilibradas.
Cómo manejar un vínculo con una persona narcisista
- Establecé límites claros: no entres en su juego de validación constante.
- No intentes “cambiarlo”: la modificación de este comportamiento requiere terapia profesional.
- Cuidá tu autoestima: recordá que su actitud no define tu valor personal.
- Buscá apoyo psicológico si te sentís agotado emocionalmente por ese vínculo.
El narcisismo no siempre implica un diagnóstico clínico, pero entender sus rasgos ayuda a proteger la salud emocional propia y mantener relaciones más equilibradas y sanas.